Cecilia Avendaño

Se confiesa una apasionada por el rostro humano,  donde encuentra su principal punto de inspiración. Sus obras no pasan desapercibidas, y es que la artista visual, Cecilia Avendaño, presenta una propuesta que nos invita a romper los cánones clásicos de belleza, para llevarnos a conocer nuevos patrones que  cuestionan aquellas respuestas aprendidas culturalmente y hasta incluso nuestros propios juicios.

La trayectoria de la artista visual Cecilia Avendaño está marcada por un extenso y reconocido currículum. Actualmente, su presencia en el mercado del arte se consolida con la representación de tres galerías de Arte Contemporáneo, que son las encargadas de la venta y difusión de su trabajo, tanto en Chile como en el extranjero.  Se encuentra, además, participando en la publicación del  “Creadores en Aislamiento, fotografí­a y sí­ntesis”,  libro publicado en México por Nelly Rosales con 120 creadores de 14 paí­ses de origen. Fue creado con la intención de aportar a la memoria histórica y  reforzar el mensaje sobre  la importancia de las artes y las industrias creativas.

Conocer la obra de Cecilia Avendaño es adentrarse en un mundo conceptualmente diferente. Es un espacio donde comenzamos a contemplar lo estético desde otra perspectiva,  acá cuestionamos nuestros propios juicios,  e incluso entendemos que lo cánones clásicos de la estética, pueden ser perfectamente reemplazados por nuevas propuestas que encantan de igual manera.

“Hay un fenómeno social del cual trato de hacerme cargo desde lo que yo sé hacer y en lo que creo que puedo aportar. Esta idea se basa en generar  cierto tipo de provocación. En mi caso prefiero la provocación a través de la sutileza. Normalmente tenemos esquemas mentales sobre lo que es “correcto” en la realidad, qué es lo bello, lo bueno, etc. Lo que pretendo un poco con esta provocación que te comentaba, es hacer salir a la gente de la realidad y del patrón de lo “correcto” en términos estéticos. De esa manera, se genera cierta confusión que  me encanta. Así, logro mostrar otras formas de ver lo bello, que si lo piensas, se pueden extrapolar a la vida real y así dejar de juzgar las cosas con patrones que son lo “estéticamente correcto””.

Cecilia se confiesa una apasionada del rostro humano, punto desde donde fluye todo su proceso creativo. “El rostro es el medio que utilizo para generar una serie de cuestionamientos vinculados a la relación imagen-cuerpo-retrato.  En esa lógica, la obra que he  desarrollado durante estos últimos años, aborda las múltiples posibilidades de crear retratos a partir de imaginarios construidos en base a fragmentos de otras imágenes. La operación que realizo tiene que ver con la visualización de algo inexistente, de plasmar en imagen algo que no puedo encontrar en mi entorno, pero que referencia la realidad”.

 

 

¿FICCIÓN O REALIDAD?

Esta es la dicotomía que Cecilia Avendaño imprime en sus obras, y que se ha convertido en el sello de su trabajo en el tiempo. Recursos como la tecnología y la digitalización, son herramientas que le permiten lograr un resultado final que ella define como “sus ficciones estéticas”.

“Sin perder la conexión y referente en la realidad, compongo imágenes que generan extrañeza y  que se vinculan con el espacio de la otredad. Me interesa que mi trabajo logre la convivencia de la belleza y la extraño,  generar inquietud y seducción en la misma  imagen”.

“Esto se logra en el juego de la realidad y la ficción. Si se entiende solo como ficción, no nos sorprende. Si se entiende solo como realidad, nos asusta. Si funciona como pregunta (ficción o realidad) nos atrae y nos cuestiona. Y es por esta razón que trabajo desde la fotografía, ya que esta es una disciplina que transita entre ficción y realidad, pero siempre está ligada y vinculada a esta última”.

Para la artista la digitalización es fundamental en este proceso, ya que es lo que le permite la construcción final de imágenes. “En mi trabajo trato de  unir mi formación de artista con mi vocación de fotógrafa para crear una suerte de imagen en movimiento que tenga un proceso y un desarrollo. Me interesa que mi trabajo logre la convivencia de la belleza y lo extraño. Generar inquietud y seducción en la misma  imagen”.

Lo que aparentemente son propuestas antagónicas, se convierte para Cecilia en un resultado artístico que moviliza, impacta y hace reaccionar, y donde la armonía está depositada en un espacio diferente. Un trabajo que perfectamente podría convertirse en un elemento que aporte con toques que quiebren armónicamente un concepto decorativo de espacio interior.