Casa Cipolla
EXTENSA UNIDAD
Por: Carolina Díaz de Valdés / Fotografías: * 7 Diciembre, 2019
- Arquitecto: Felipe Assadi
- Colaboradores:Trinidad Schönthaler, Sebastián Delpino y Macarena Ávila
- Oficina: Felipe Assadi Arquitectos
- Ubicación: Ensenada, Chile
- Año: 2018
- Fotografías: Fernando Alda / Felipe Assadi
La obra, que estuvo a cargo del equipo de Felipe Assadi Arquitectos, destaca por su amplitud y limpieza arquitectónica. Se extiende sobre el paisaje con el poderío que brindan los trabajos bien resueltos, aquellos capaces de cumplir a cabalidad con los requerimientos de sus habitantes a través de una arquitectura creativa.
Ubicada en la localidad de Ensenada, la casa destaca por la mirada integral con que fue concebida. En la memoria del proyecto se plantea la forma en que los arquitectos Felipe Assadi, Trinidad Schönthaler, Sebastián Delpino y Macarena Ávila, desarrollan este aspecto. “La Casa Cipolla plantea la fusión de varios elementos arquitectónicos en una organización continua, que es a la vez de una configuración espacial, su propio sistema de circulaciones y su propia estructura. Es también su propia materialidad trabajada con un solo espesor que soluciona muros, losas, vigas, rampas y escaleras”. Así mismo, el texto agrega que el proyecto se plantea “siguiendo la misma filosofía de otros de nuestros trabajos que privilegian el habitar una estructura antes que estructurar un habitar, es un sistema en equilibrio. La jerarquía está en la materialidad y su espesor, que, en su propio recorrido por el espacio y la estructura, resuelve todo lo necesario con una sola operación formal-estructural”.
El diseño entrega majestuosas vistas gracias a los espacios transparentes, la amplitud de los ventanales trasmiten una sensación de aire y frescor en contraste con los espacios más robustos. Definiciones que obedecen a las necesidades de sus moradores. “Así, un básico programa doméstico compuesto por tres dormitorios, dos baños, un espacio común de living, comedor y cocina integrados, más una pequeña bodega exterior, se desarrolla a través de una losa de hormigón armado visto de 20 cms. de espesor. Esta arma el acceso y la escalera hacia la casa, el puente hacia la azotea, la viga que lo rigidiza y que es al mismo tiempo el pasamanos. La azotea es al mismo tiempo el alero de un espacio intermedio que antecede a la entrada, los muros estructurales transversales y que a la vez dividen los espacios interiores, la escalera que sale hacia el mar y la viga que la sostiene, como si todo lo anterior fuese inseparable y colaborativo”, señala la memoria.
Al observar la Casa Cipolla, es posible entenderla como una gran unidad. Cada espacio se comunica con vital soltura, como organismos independientes en su función pero perfectamente entrelazados. “Integramos un par de adecuaciones estructurales: un pequeño muro de un metro cuadrado adosado a la viga del puente hacia la azotea se desprende hacia afuera contrarrestando con su peso la torsión de la misma. Dicho muro además se amarra al suelo mediante un tensor metálico que se ha fijado a un cubo de hormigón bajo tierra. Así mismo, el muro de cabecera que cierra la casa en el sector del dormitorio principal se extiende hacia el mar solamente para contrarrestar la torsión que toda la estructura ejerce hacia su lado opuesto”.