CENTRO MÉDICO LÁSER CIREPLAST
En el camino del rejuvenecimiento sustentable
Por: Katherine Bopp Gerlach / Fotografías: * 11 Octubre, 2019
El concepto estético actual está basado en la anatomía de la cara y cómo funcionan los cambios durante el envejecimiento. Trabajando bajo esta visión se logran resultados óptimos y naturales, sin que la persona pierda su identidad.
El envejecimiento comienza aproximadamente a partir de los 25 años. Influyen muchos factores como la edad, la genética y la exposición acumulada a lo largo de la vida. Inciden también, el tabaquismo, la mala alimentación, el estrés y el mal dormir. En el caso de las mujeres, influyen los niveles de estrógenos, después de la menopausia, la producción de colágeno tipo I, el cual es el colágeno joven, firme y maduro, se cambia a producción de colágeno tipo III, el cual es más blando y débil. Con el envejecimiento la piel se vuelve más delgada, pierde fuerza, densidad, tensión y gana flacidez.
ENFOQUE PERSONALIZADO
Para la dermatóloga estética, Katherine Barría, el envejecimiento de la cara no depende sólo de la piel, sino también de las capas internas, tales como grasa, ligamentos, músculos y hueso. “Todos ellos van cambiando y dan el aspecto de la cara cómo va envejeciendo. Sin embargo, dependiendo de la persona, estas estructuras pueden cambiar de intensidad, y alguien de la misma edad puede tener diferentes necesidades; es por ello que los tratamientos deben tener un enfoque personalizado. El rostro es una estructura tridimensional, tiene volumen, y necesita ser tratado como un todo, ya que es una estructura dinámica en la cual todo va relacionado. La mantención de éste, permitirá que siga en equilibrio a pesar del tiempo que tenga”, explicó la profesional.
En el mercado existen diferentes tratamientos que dicen estimular la producción de colágeno, pero los tejidos se envejecen, adelgazan, disminuye su metabolismo y por ende, las células, la circulación y por lo tanto, la capacidad de responder y regenerarse. Entonces, qué tratamientos se pueden usar. Los biostimuladores.
BIOESTIMULADORES
Son productos biodegradables y biocompatibles que hacen una estimulación real del funcionamiento de los tejidos, y de esta manera, lleven a la producción de colágeno tipo I y rejuvenecimiento de ellos.
La Dermatológa estética, Valeria Selle, de la clínica de estética Cireplast de Temuco dio a conocer que en esta clínica cuentan con la Hidroxiapatita de Calcio (Radiesse®). “Es un tratamiento ambulatorio, se hace con anestesia en crema, es inyectable, muy bien tolerado y permite continuar con las actividades diarias. Va teniendo una acción progresiva por el aumento de colágeno, una mejoría que aumenta con las semanas y meses. Esto lleva a resultados duraderos respetando la naturalidad y equilibrios del rostro. El concepto es seguir teniendo la misma edad, pero con una apariencia más fresca, jovial, descansada y bella. Una mejor versión de nosotros mismos sin de dejar de ser uno”, explicó la profesional. La bioestimulación se puede realizar en cuello, escote, dorso y manos. También tiene usos corporales, como en antebrazos, muslos, rodillas y abdomen. En ese sentido, una zona en la que se adelgaza la piel es el abdomen, especialmente alrededor del ombligo. Debido al estiramiento de la piel que se produce con los embarazos, muchas mujeres, a pesar de bajar de peso, no tener grasa acumulada o tener buen tono muscular, quedan con la piel más flácida o con el ombligo de aspecto caído.
ACIDO HIALURÓNICO
El ácido hialurónico es un relleno biodegradable que se complementa con los bioestimuladores. Se usa para arreglar detalles, tales como labios, ojeras, mentón, línea mandibular y mejorar los puntos de luz en la cara que la dejan con un aspecto más rejuvenecido. Dentro de los productos disponibles en la clínica Cireplast, hay rellenos de diferente concentración y tamaño de ácido hialurónico, y la elección será según la zona a aplicar, la calidad de la piel y las necesidades de los pacientes. Así se pueden lograr resultados absolutamente naturales, por ejemplo, en el mentón se usa un relleno más pesado para lograr una mejor proyección, pero en los labios se usa uno más fino. Los cambios en las técnicas de aplicación y la mejoría en la calidad y especificidad de los productos han permitido lograr resultados cada vez más óptimos y seguros.
TOXINA BOTULÍNICA
La toxina botulínica es un medicamento cuyo efecto es la relajación de la musculatura. Se usa desde los años 70 en medicina, con diferentes aplicaciones terapéuticas. En 1992, se descubrió por casualidad que pacientes oftalmológicos que recibían inyecciones de toxina botulínica se le disminuían las arrugas. Desde entonces se usa en estética. Más allá del control de las arrugas de expresión, el objetivo de la toxina botulínica es regular el equilibrio de la dinámica muscular. “En nuestra cara tenemos músculos que permiten que haya movimientos depresores y otros elevadores de los gestos. Por lo tanto, el sentido de la toxina no es dejar a la persona sin expresión o de un aspecto congelado, sino modular los gestos, más suaves, armónicos y se abra la mirada. La dosis en estética son mucho menores que las usadas en terapéutica, lo cual hace un tratamiento muy seguro y actúa como un neuromodulador de nuestros movimientos musculares”, aseguró la doctora Katherine Barría.
Todos los tratamientos tienen objetivos diferentes, se complementan entre ellos y no son excluyentes. Lo importante es la correcta evaluación por profesionales idóneos y la elección de los tratamientos y productos para cada paciente.
Katherine Barría Steinfort y Valeria Selle Feruggi, dermatólogas estéticas Cireplast.
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