Pucón
A 136 años de su fundación mantiene intacto su encanto
Por: Verónica González / Fotografías: * 18 Octubre, 2019
Pucón es un lugar que posee una magia y un encanto únicos. En su precioso y variado entorno podemos encontrar lagos, ríos, bosques y un volcán que es el fondo de cada postal que vemos. Desde su origen, su idílica belleza ha capturado la atención de quienes lo visitan.
El origen de Pucón se remonta a fines de 1800, cuando llegaron comerciantes alemanes de cuero y madera como Hike, Martín y Holzapfel y unos años más tarde Ansorena, Quezada y Matus. En 1904, el gobierno chileno entregó en concesión el territorio al norte del lago Villarrica y su prolongación al norte del río Toltén a una sociedad de empresarios de Santiago, que trajo a unas 20 familias alemanas de inmigrantes, las que se instalaron en el área de Llafenco, al norte del río Trancura.
Uno de los descendientes de los primeros alemanes en la zona es Rodrigo Ulloa Metzger, hijo y nieto de hoteleros, llegados a Pucón hace más de un siglo, que hace un nostálgico recorrido a través de las experiencias que ha vivido en sus 52 años en la ciudad.
Pucón se fundó en 1883, donde había un asentamiento militar que dejó establecido un pequeño cuadriculado que era el pueblo original. Se repartieron manzanas y se fundó como poblado en 1900. “Los colonos alemanes llegaron a Chile a través de Valdivia, principalmente al sur, a la zona de Llanquihue y Chiloé. Pero en ese tiempo las condiciones eran tan duras que no existía nada y había un clima endemoniado, así es que mucha gente buscó reubicarse más al norte y así es como llegaron acá. Mi familia se volcó al turismo a principios de 1920, cuando establecieron uno de los primeros hoteles de la zona. ¡Yo llegué a ser la cuarta generación de hoteleros en Pucón de mi familia!”, cuenta con entusiasmo. “En ese tiempo era bastante acotado a la corta temporada de verano y el resto del año había que dedicarse a otras cosas. Todavía sufrimos esa marcada temporalidad, pero ahora con puntos intermedios en el invierno: las vacaciones, el dieciocho y esas cosas”, explica.
“El ritmo de Pucón estaba basado en la explotación forestal, sustraían mucha madera para el ferrocarril e inicialmente todo el tránsito se hacía a través del lago. Había una huella rivereña. Se demoraba unas cinco horas en los 20 km a Villarrica. Habían vapores con cierta frecuencia, ya que el tránsito entre Villarrica y Pucón era principalmente, a través del lago, hasta los años ‘40, cuando se hizo un camino definitivo. En esos tiempos uno se podía demorar hasta 2 días en llegar desde Santiago”.
Con la mejora en los caminos, Pucón se fue transformando gradualmente y también el tipo de turistas. “Cuando se estableció el casino en los años ‘90 cambió el tipo de público que venía. Después se hicieron los edificios y nuevamente hubo un cambio, así la ciudad y sus habitantes se han ido adecuando a los tiempos. Se pusieron de moda los deportes de alto riesgo y aventura, algo que hace 5 décadas era impensable. Hoy en día suben 22 mil personas al año al cráter a ver la lava y cada día bajan 40 ó 50 balsas de distintas empresas en el Río Trancura. Las termas también atraen a muchos turistas, lo que se ha complementado con una gran oferta gastronómica”.
La infraestructura ha ido creciendo y la calidad de los servicios también. Pucón en los últimos quince años ha duplicado su número de viviendas. El entorno privilegiado y la gran cantidad de panoramas para niños y adultos ha hecho que muchas personas adquieran una segunda vivienda en esta zona, lo que la mantiene con flujo de gente en varias épocas del año. “Lo que aún está pendiente, es elaborar de una manera estratégica visitas de turistas durante las temporadas más bajas, ya sea a través de congresos, seminarios, etc.”, propone Ulloa.
Aunque la infraestructura y la oferta de productos y servicios en la zona ha cambiado sustancialmente durante las últimas décadas, lo que se ha mantenido intacto es el encanto que provoca en quienes visitan este precioso balneario. La diversidad de atractivos naturales, actividades de deporte aventura y la posibilidad de descansar, hacen de esta comuna un destino preferencial hasta para los más exigentes.