
VIÑA EN ALTURA
UN OASIS EN EL DESIERTO MÁS ÁRIDO DEL MUNDO
Por: Beatriz Salazar F. / Fotografías: Felipe Reyes * 8 Mayo, 2020
Aunque parezca difícil de creer, es posible plantar en la aridez del desierto. Hace algunos años, se han desafiado las extremas condiciones climáticas y se han plantado viñedos originando los vinos Ayllu con características muy especiales.

Wilfredo Cruz, Fundador Viña Santa Romina
Cultivar parras en el desierto, y a más de 2.500 metros de altura, es algo que merece ser destacado, y más aún cuando los vinos logrados son frescos y de gran calidad; con características propias, que los hacen muy agradables de beber, por sus toques salinos y minerales, su rica expresión frutal y una acidez suavemente equilibrada.
El mérito es de la Cooperativa de Viñateros de Altura Lickan Antay que está formada por alrededor de 20 productores agrícolas de Toconao, Socaire, Celeste y San Pedro de Atacama, quienes cosechan en un total de cuatro héctareas y desde hace algunos años han implementado una pequeña bodega para elaborar los vinos Ayllu (palabra que en lengua Kunza significa ‘Comunidad’). Actualmente reciben asesoría técnica y capacitaciones a través del ́Programa Atacama Tierra Fértil ́ de SQM. El presidente de la cooperativa es Wilfredo Cruz, oriundo de Toconao y dueño de la Viña Santa Romina, una de las viñas de la agrupación, donde actualmente cosechan las uvas Malbec, Syrah, Chardonay y Petit Verdot. Fue él quien nos abrió las puertas de su viña para conocer un poco más de este increíble mundo.
RUTA VINOS DE ALTURA
No ajenos a esta virtud en Atacama La Grande, el Programa Territorial Integrado (PTI) Turismo del Desierto de Corfo Antofagasta ha incentivado y apoyado la creación de una ruta integrada de vinos de altura, entre el Norte de Chile y Argentina, colocando en valor esta experiencia y uniendo otros territorios de características similares.
Parte de esta ruta, además de la Cooperativa de Viñateros de Altura Lickan Antay con “Ayllu”, están los viticultores de las quebradas de Tilcara y Humahuaca en la Provincia de Jujuy Argentina, con su creación “Pueblo Rojo”; y los productores de la localidad de Codpa, Comuna de Camarones, Región de Arica y Parinacota, con “Pintatani”; todos con el sello de vinos de altura trabajados por comunidades andinas y donde el Programa Turismo del Desierto ha sido el principal impulsor para reunirlos.
VIÑA SANTA ROMINA
En el terreno donde cosecha actualmente, que tiene más de 80 años, en un principio se producían membrillos, granadas y uva moscatel, entre otros frutos. Actualmente están concentrados casi en la totalidad en la cosecha de uvas para la producción de vinos. “La plantación de las parras fue hecha con una minga en la que colaboraron varios vecinos (…) Mis conocimientos de técnico eléctrico me permitieron crear todo el sistema de riego a goteo con el que se mantiene la viña. La electricidad es dada por paneles solares y con el estanque acumulador regamos 5000 vides, gracias al agua proveniente de la cordillera. Destaco también que casi no tienen peste, debido a las condiciones adversas del clima”, nos explica Wilfredo Cruz.
Realizan tours en los que se les explica a los visitantes de las plantaciones, del sistema de riego, luego visitan la bodega, y para finalizar se les hace una degustación de tres vinos. Más tarde hay momento para comprar vinos.
Los Ayllu son producidos con uvas de viñedos que crecen de manera sorprendente en los oasis a 2.500 metros de altitud en quebradas que se esconden en medio de la inmensidad del territorio más árido del mundo, nuestro Desierto de Atacama.
Los atacameños tienen una cultura de la pequeña agricultura y es la que los actuales lugareños siguen desarrollando, pese a las dificultades de la creciente escasez hídrica, y es desde el año 2009 que han implementado programas para estimular la producción de uvas especiales para vinos.
CARACTERÍSTICAS DE PRODUCCIÓN
La producción de vinos en la zona data de varias generaciones con la elaboración de los denominados vinos criollos, los cuales se producían con las uvas Moscatel, caracterizándose por ser vinos dulces. “Hoy aún quedan algunas de esas parras. Las mantenemos para mostrárselas a quienes hacen tours en la zona”, los que se sorprenden por el lugar tan especial en que están enclavados: cercano a glaciares, salares, volcanes y formaciones montañosas.
La amplitud térmica entre el día y la noche parece perfecta para lograr una maduración lenta que haga que los granos no crezcan demasiado, y que la piel se engruese, logrando una mayor proporción de hollejo con respecto a la pulpa de la fruta. El resultado son vinos más frescos, con mayor acidez y una fruta más lineal, que se extiende al final del paladar.
“Estos vinos son resultado de un esfuerzo descomunal de trabajo diario que los agricultores realizamos en los viñedos, pues dada la escasez de agua en el desierto, la alta radiación y escasa humedad, hacen que las parras deban ser regadas todos los días, para evitar que puedan secarse y morir”, explica Wilfredo Cruz. “El año pasado logramos producir 8 mil botellas, hoy estamos trabajando para que este año sean 11 a 12 mil botellas”.
Los vinos Ayllu se venden especialmente en los restaurantes y hoteles de San Pedro de Atacama, pero también se pueden adquirir directamente a través de la Cooperativa de Viñateros de Altura Lickan Antay. En Toconao el 1 de mayo se desarrollará la Fiesta de la Vendimia, lugar donde también estarán disponibles los vinos étnicos, de altura, los vinos únicos: Vinos Ayllu.