TRAVESÍA UYUNI
UNA EXPERIENCIA SIN IGUAL
Por: Verónica González / Fotografías: * 26 Diciembre, 2019
Este destino es sin duda una de las maravillas no declaradas del planeta. Es tan hermoso y deslumbrante que las fotos parecen irreales. Esta travesía por el salar más grande del mundo permite descubrir el inusual mundo altiplánico desde el silencio profundo de las montañas terracota del Desierto de Atacama hasta la blancura infinita del Salar de Uyuni.
La travesía Atacama – Uyuni es una de las experiencias de viaje más especiales del planeta. Con una superficie de más de 10 mil 500 kilómetros cuadrados, el Salar de Uyuni está ubicado a 3.800 metros de altura sobre el nivel del mar en el suroeste de Bolivia, en el departamento de Potosí, dentro de la región altiplánica de la cordillera de los Andes.
Un enorme lago prehistórico cubría la mayor parte de la región hace 40.000 años. Se trataba del lago Minchin, que cuando se secó -luego de un largo periodo seco y cálido en la historia del planeta-, dejó este enorme salar que actualmente contiene más de 10.000 millones de toneladas de sal en varias capas. Además de hermoso y turístico, es muy importante geográfica y mineralmente, ya que es la mayor reserva de litio del mundo, acaparando entre un 60% y un 70% del total mundial.
TOURS EXPLORA
Su belleza y la aventura que significa llegar a este lugar, lo ha transformado en un destino preferido por turistas de todo el mundo. Kilómetros y kilómetros de una superficie completamente blanca hacen de este, uno de los viajes más fascinantes en la vida. Para recorrer este vasto territorio Explora Atacama ofrece tours de primer nivel, creados en alianza con las familias locales, desde donde salen a explorar los paisajes y lugares únicos que el altiplano entrega, en un programa privado de principio a fin, acompañados de un chofer y un guía con los que diseñarán en conjunto la ruta de exploración, de acuerdo a los intereses del visitante.
Hay muchos atractivos en Uyuni, empezando por el salar en sí mismo. Ahí se encuentran los “Ojos del Salar”, desde donde salen constantemente burbujas de agua del subsuelo creando pequeñas lagunas en un extremo de esta alfombra blanca. También está el Hotel de Sal “Playa Blanca” que actualmente está inhabilitado por no disponer de tratamiento de aguas, pero funciona como museo, donde se pueden ver algunas instalaciones, como el comedor, que está hecho casi en su totalidad de sal. Junto al hotel se encuentra una isla conformada por cientos de banderas de distintos países del mundo que genera gran interés entre los turistas. Ahí mismo, junto al Hotel de Sal se encuentra una enorme escultura (por su puesto hecha de sal) con el símbolo del rally Dakar, que desde el 2014 es lugar de tránsito de la famosa carrera.
La Isla Incahuasi es un pedazo de tierra con enormes cactus en mitad del Salar. Con lluvia no se puede llegar hasta ese lugar, pero es posible recorrer un sendero de unos 500 metros en subida y bajada, hasta llegar a un punto alto que permite apreciar la verdadera inmensidad del salar. Durante la subida se pueden apreciar cientos de cactus de miles de años de edad y hasta 10 metros de altura que sobreviven gracias a las lluvias del invierno boliviano.
Otros lugares imperdibles que quedan en las cercanías del salar son el cementerio de trenes, el desierto Siloli y Árbol de Piedra, la Laguna Colorada y los Termales de Polques.
1, 2 , 3 CLICK
Este enorme mar de sal blanca que recorre miles de kilómetros cuadrados es el escenario perfecto para echar a volar la imaginación y tomar las mejores fotografías.
En los lugares sin agua, la sal forma exágonos naturales entre sus planicies blancas. Al ser de un color uniforme es posible también obtener geniales fotos en “perspectiva”. Para lograr una buena fotografía, se deben tomar con una cámara con rango focal alto, para que los objetos lejos y cerca no se vean borrosos por las diferencias focales. Para lograr efectos entretenidos, se puede interactuar con objetos o juguetes que se ponen a unos 50 centímetros de la cámara y se les pide a quienes aparezcan en la foto que se alejen lentamente hasta que tengan el tamaño que se desea en las fotografías. Así puedes lograr ser tragado por un dinosaurio o pelear con el mismísimo Thor. ¡La imaginación es el límite!
Otro efecto curioso que se puede lograr en este maravilloso paisaje es el reflejo, que da la sensación de “caminar sobre el cielo o sobre nubes”. Para conseguirlo debe haber algunos centímetros de agua en el suelo. Los mejores momentos son durante el amanecer y el atardecer, por el colorido que provoca el sol en la sal. El resto del día también se pueden conseguir lindas fotos, sobre todo si hay nubes en el cielo, sino solo verás tu propio reflejo en las fotografías, que también es una buena alternativa.
La mejor fecha para visitar esta maravilla se puede elegir entre abril y diciembre, ya que el verano es temporada de lluvias.