MACARENA GUTIÉRREZ GEBAUER
MIRAR ANTOFAGASTA DESDE EL ARTE
Por: Marcela Cademartori / Fotografías: * 20 Febrero, 2018
Un momento de comienzos y realizaciones. Así define la artista antofagastina, Macarena Gutiérrez, su actual estado profesional. Su reciente trabajo “Ciudadela Absurda” presenta a Antofagasta desde su particular mirada, buscando que el espectador logre reivindicar su tránsito por este territorio valioso en cuanto a delicadeza y fragilidad, finitud y profundo valor humano.
Una larga trayectoria profesional ha permitido a la artista, Macarena Gutiérrez Gebauer, consolidarse como una destacada referente de las artes en Antofagasta, su ciudad natal.
Es licenciada en Bellas Artes en la Pontificia Universidad Católica de Chile y diplomada en Gestión Cultural en la UCN. Ha participado en seminarios de estudios feministas en producción audiovisual; en cursos y talleres de técnicas textiles. Fundamental fue su participación en Talleres Acllahuasi donde adquirió expertiz acerca de trenzados y nudos precolombinos.
A todo ello se suman exposiciones realizadas en el Museo de Arte Contemporáneo de Salta, Argentina; en las salas de Balmaceda Arte Joven en Puerto Montt y Antofagasta; en salas de artes de Fundación Minera Escondida en Antofagasta y San Pedro, en la Biblioteca Regional de Antofagasta y la Biblioteca Viva de Mall Plaza Antofagasta. En Espacio de Arte Independiente Matta Prat, Antofagasta y en sala AS de la Escuela de Arquitectura de la UCN, Antofagasta, entre otros.
Macarena, cuéntanos de tu reciente trabajo “Ciudadela Absurda”
Actualmente me encuentro exponiendo en el Muro Sur del Museo Ruinas de Huanchaca, como parte de la convocatoria 2018. Se trata de una “colgadura” ,término que tomé de quien considero mi referente, Anni Albers, a quien admiro profundamente. Albers fue la artista textil de la Bauhaus y fue quien acuñó este término para este tipo de creación. Esta colgadura que expongo está construida con trozos de telas, vestigios de ropa que utilicé y que al dar de baja las reciclo según su textura y riqueza de imagen. Con esos retazos construyo un plano de la ciudad de Antofagasta, mi ciudad. La zona habitada fue bordada con los tonos de la Cordillera de la Costa que flanquea la ciudadela. Antofagasta al estar flanqueada por la cordillera de la costa, casi en semicírculo hacia el mar, recrea la estructura de este tipo de ciudad.
¿Qué materiales fueron los que empleaste?
La obra remarca el borde costero con el cordón, madre de un Quipu, el que fue construido utilizando técnicas precolombinas de torsión, nudos y embarrilado. Destacan el color y el material de cobre. Las cuerdas del Quipu, que van hacia el mar, hacen referencia a la economía minera que determina a la ciudad y que también la convierte en zona de sacrificio. La llamé “Ciudadela Absurda” en alusión al concepto de “absurdo” en Albert Camus, es decir, ese lugar carente de significado, sentido y contenido que, a pesar de todo, merece tanto ser habitado.
¿Qué fue lo que buscaste generar en el espectador?
La colgadura piensa la ciudad como una tensión que excede los mandatos sociales y económicos, y la presenta como un cuerpo móvil, múltiple, participativo. Ojalá que el espectador al ver esta obra logre reivindicar su tránsito por este territorio valioso en cuanto a delicadeza y fragilidad, finitud y profundo valor humano.
¿Cuál fue tu principal inspiración y cómo se desarrolló el proceso creativo de tu trabajo?
Mis obras nacen de un proceso de cuestionamiento permanente de la condición de ser mujer. También de la apropiación de los diferentes territorios que habitamos: físico, antropológico y emocional. Para ello investigo, leo mucho y sobre todo observo en función de las múltiples dimensiones que tiene el ser femenino. De esa investigación y posterior reflexión surgen imágenes, colores y objetos que se van entrelazando hasta formar una obra, que siempre requiere de un exportador para ser completada.
¿Qué función cumple el arte en todo este proceso?
El arte es el medio para entenderme y comprender lo que me rodea. Es mi forma de apropiarme de la realidad, de la historia y es, también, mi posición política. Donde el conocimiento y el ejercicio intelectual es traspasado por lo visual y emocional, lo cual siempre deja un importante espacio para el error y el azar.
En el caso de Ciudadela Absurda, estoy inmersa en la filosofía del Absurdo (Albert Camus) que tiene en el centro a la figura del héroe absurdo, un ser que despojado de fundamento y sentido y puesto en la situación de la indeterminación, realiza su tarea eterna de modo consciente y creativo.
¿Cuáles son tus próximos desafíos como artista?
Junto a un grupo de colegas nos ganamos un Fondart, convocatoria 2019, que tiene una parte de investigación y rescate patrimonial y otra de creación. Eso me tiene muy entusiasmada. Además, estoy coordinando, junto a la gestora cultural Marcela Mercado, un par de exposiciones colectivas, solo de mujeres que probablemente serían en el Centro Cultural Estación Antofagasta y en el marco de FILZIC 2019. Pretendo postular a convocatorias fuera y dentro de la ciudad. Por otra parte, estoy comenzando a desarrollar una línea de joyas contemporáneas para venta, como proveedora de la tienda de las Ruinas de Huanchaca La Perla Factoría. Aún no tengo nombre para ese “emprendimiento creativo”, pero seguro será algo con lo cual se identifique este territorio: changa, absurda, algo por ahí.