GREENHOUSE SCHOOL
30 AÑOS DE EXCELENCIA EDUCATIVA
Por: KATHERINE BOPP / Fotografías: ALVARO RAMÍREZ * 28 Octubre, 2018
Se ha consolidado en el sur de Chile por su orientación católica, énfasis en el idioma inglés, el deporte y su excelencia académica. Estas son las claves que han contribuido al desarrollo institucional de Greenhouse School, y que lo acreditan por más de una década entre los 100 mejores colegios de Chile.
Durante la década de los 80, un hombre visionario y respetado empresario de La Araucanía, inició la noble tarea de crear un establecimiento educacional para la ciudad de Temuco.
Don Marcelo Fourcade Nambrard, junto a su señora, María Luisa Magofke, buscaron ofrecer a las familias de la ciudad, un proyecto educativo que combinara una adecuada formación espiritual católica con un riguroso dominio del idioma inglés. Allí, en el naciente Barrio Inglés y con sólo 138 alumnos comenzó este proyecto que hoy después de 30 años y gracias a su acertada visión ha permitido que las familias de Temuco cuenten con este complejo educacional único en La Araucanía: Greenhouse School.
Hoy, a tres décadas de su fundación, los recuerdos, alegrías y emociones fortalecen el espíritu para seguir educando y nos muestran un colegio consolidado, que destaca entre los 100 establecimientos de mejor rendimiento escolar del país, manteniendo a su vez un liderazgo educativo y un permanente compromiso de calidad. No obstante, más allá de los aprendizajes que logran sus estudiantes, está la alegría de haber aportado a la formación personal de tantas generaciones.
FIEL A SUS IDEAS
Greenhouse School se ha mantenido fiel a sus ideas fundacionales. Su formación católica, el riguroso aprendizaje del idioma inglés como segunda lengua, la intensa práctica deportiva y su excelencia académica, han sido claves para el desarrollo institucional. Todo su aporte educativo ha sido para lograr formar personas íntegras, que logren el pleno desarrollo de sí mismo, de su familia y que contribuyen al logro de una sociedad más justa y solidaria.
Para María Luisa Fourcade Magofke, hija de sus fundadores, la educación es y será siempre la mejor herencia para dejarle a los hijos. “Hemos trabajado en el desafío de entregar una educación integral y seguimos día a día haciendo lo mejor que podemos, sobre todo en este mundo de tanto cambio. Hoy además estamos enfocados en el desarrollo emocional de los alumnos, en entregarles herramientas y habilidades para que se desenvuelvan en el siglo XXI”.
ESENCIA FAMILIAR
En estos 30 años de educación y servicio a la comunidad, las tecnologías y las estrategias pueden haber cambiado, pero la esencia se mantiene. El espíritu del colegio se refleja diariamente, junto con los alumnos, apoderados y profesores, quienes contribuyen, no sólo en el aula, sino también en cada actividad que ofrece el colegio. Así crece la comunidad Greenhouse, en donde se inculcan valores y se refuerza el carácter, pensando en el futuro de cada uno de los alumnos.
En Greenhouse School se trabaja en equipo, innovando constantemente en herramientas pedagógicas que aportan en el crecimiento exhaustivo de los más de 850 alumnos, trabajando juntos para aportar a las necesidades de cada estudiante. No se trata solo de un colegio, sino de una familia.
ELEMENTOS CLAVES DEL ÉXITO
Para su director, Nelson Urrutia Pérez, con 21 años a la cabeza de la institución, la razón del éxito de este proyecto educativo radica en el énfasis que se realiza en cuatro líneas de acción concretas.
Desde sus inicios uno de los ejes de este proyecto ha sido el aprendizaje del idioma inglés. A través de la búsqueda de las mejores prácticas, basada en los lineamientos que entrega el Marco Común Europeo para el aprendizaje de idioma Inglés.
Actualmente, el nuevo desafío -explica su director- es la certificación internacional de las pruebas de la Universidad de Cambridge en tres niveles, así “El alumno puede tener, a través de su enseñanza escolar, tres certificaciones que dan cuenta del excelente nivel de dominio del idioma que poseen, posibilidades de ingresar a universidades de habla inglesa, postular a trabajos que requieren del inglés o conseguir becas para estudios en el extranjero”.
EXCELENCIA ACADÉMICA
Este logro además se suma al reconocimiento académico que año a año ha tenido el colegio, gracias a un modelo que lo ha consolidado como uno de excelencia. Durante la última década Greenhouse School ha estado dentro de los 100 establecimientos con mejor rendimiento de la Prueba de Selección Universitaria. Sin embargo, para su director, los desafíos para una organización como Greenhouse son permanentes.“Un pequeño que ingresa hoy a Pre Básica recién en 20 años más va a ser profesional, por lo que estamos en permanente búsqueda de nuevas soluciones, incorporación de nuevos elementos en redes, tecnologías e innovación para que los alumnos se preparen y aprendan mejor”.
DEPORTE VOLUNTARIO
Otro de los lineamientos claves es el deporte. Greenhouse actualmente tiene más de 80 horas en actividad deportiva extraescolar y hay más de 550 alumnos que practican deporte voluntario, en diferentes ramas y categorías. Lo que equivale a más de dos tercios de todo nuestro alumnado. El colegio ofrece canales de participación, de encuentros, generando espacios, recursos técnicos y motivando el deporte, donde la premisa es el interés. “Si un alumno del Greenhouse quiere hacer deporte, va a encontrar qué hacer”, señala Urrutia.
Como desafío, su director se plantea seguir fortaleciendo el área de formación física y la vida sana. “Estos ciudadanos del siglo XXI van a necesitar una cercanía con la naturaleza, cuidar el planeta que muchos hemos deteriorado, tener la capacidad para renovar lo que se ha perdido, lograr una vida más sana, teniendo un mejor vínculo con lo que el Creador les ha entregado”.
ORIENTACIÓN CATÓLICA
El apoyo espiritual que el colegio brinda a los estudiantes está bajo la dirección de los padres de Schoenstatt. Desde sus inicios ellos han asesorado a través de sacerdotes y capellanes de manera muy relevante. Se les transmite a los alumnos de diferentes formas los valores y el mensaje de Dios.
Para Nelson Urrutia, en una sociedad materialista y de alto consumo, fortalecer la identidad espiritual, la fe, en la dimensión de lo interior y la trascendencia del hombre es un desafío permanente. “Hoy los jóvenes requieren acción, servir, estar en contacto con las personas y el colegio lo promueve, por ejemplo, a través de las Misiones.
En el caso de los más pequeños, el modelo incorpora a las celebraciones litúrgicas el canto, la poesía, el baile y la dramatización, haciendo a Dios más cercano”.